martes, 24 de abril de 2007

¿Amor? ¿Narcisismo?

¿Es posible enamorarse de alguien
sólo por el modo en que te ven sus ojos?


miércoles, 18 de abril de 2007

Mentiras

Miente...
Siempre has sabido muy bien como hacerlo,
y nunca dudaste en actuar.

Mientes a tu espejo cada mañana,
cuando le dedicas una sonrisa.

Maquillas tus ojos para esconder
que anoche sólo tus lágrimas
te hicieron compañía.

Caminas como si el mundo
sólo fuese un aperitivo,
ya ni piensas en comértelo.

Miras por encima del hombro
a todo aquel que intenta ayudarte.
¡Jamás podría estar a tu altura!

Nunca, siendo cómo tú eres...
¡Nunca sabiendo tanto
sobre lo que nunca has vivido!


"Y decir alguna estupidez, por ejemplo: "Te quiero"..."

Aún recuerdo la primera vez que de mi garganta intentó escapar un "Te quiero". Recuerdo que apreté bien los dientes, uní mis labios, y, ayudándome de la saliva, me lo tragué.
Recuerdo cuantas veces me mordí la lengua, y a veces pienso en qué habría cambiado todo si no lo hubiese hecho.

Algo tan simple como esas 8 letras ¿podían haber hecho que mi vida no fuese la que es? ¿Que mi presente fuese distinto? ¿En otro lugar? ¿Con otra persona? ¿En otro momento?
Aunque, sin duda, lo que más recuerdo fue la primera vez que lo dije. Hace unos meses.
No fue nada romántico. No fue nada espontáneo. No fue nada bonito.

- "Joder!! Me gustaría saber realmente qué quieres de mi. Si solo soy una aventurilla para ti, o si me quieres [...] porque a veces pienso que no te importo nada en absoluto!! [...] ¿Tú me quieres?" - él.
-"Yo te quiero..." - yo.

...FIN...

La segunda vez que lo dije fue de verdad... Aunque, tambien es cierto que no siempre lo ha sido.
Ahora, lo digo continuamente. Lo digo cada vez que me apetece hacerlo, lo digo como quien dice "buenos días", o como quien pregunta la hora... Lo digo y lo siento...o no. Pero no puedo evitar pensar que hago un uso inadecuado de "las palabras mágicas". No puedo evitar pensar que cuando decimos "Te quiero" lo hacemos de un modo sistemático, sin pararnos a pensar en lo que eso es realmente, sin comprender todo lo que supone en uno mismo amar a alguien, y a lo que esas palabras conllevan. Lo decimos cuando la situación lo requiere, o cuando no tenemos nada mejor que decir. Realmente, pocos "te quiero" contienen su verdadera esencia. Tal vez los primeros, sean los únicos realmente sinceros...

...o quizá los últimos...

martes, 17 de abril de 2007

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Como seres humanos, estamos genéticamente programados para ir siempre adelante.
Tenemos numerosas caracteristicas comunes (en mayor o menor medida según el individuo) que nos hacen avanzar, evolucionar como especie.
Pero muchas de estas características comunes, a pesar de hacernos avanzar paso a paso, también nos hacen infelices.

Veamos. Considerados, según el latín y la ciencia como Hommo Sapiens Sapiens (El hombre que sabe que sabe), somos los únicos seres vivos que saben que su fin último es morir. Bien, por tanto, miles de avances ciéntificos han conseguido que la esperanza de vida del hombre, poco a poco haya aumentado, rondando ahora entre los 75 años en el hombre, y los 80 años a la mujer (y todo por la regla!!). Pero, aún así, el hecho de saber de la existéncia de la muerte, nos hace infelices.
Características como la curiosidad, nos han hecho conocer mucho más de lo que nunca podríamos haber imaginado. Pero, todos conocemos ese magnífico refrán: "La curiosidad mató al gato", por tanto, volvemos a lo mismo.

Somos seres sociales, lo cual nos obliga a vivir en sociedad, de manera que las cosas siempre resultan más sencillas, ya que el trabajo y el esfuerzo están mejor repartidos. Del mismo modo, tenemos personas (¿he dicho personas?) que piensan por nosotros y crean leyes que tenemos que seguir, lo cual nos ahorra tener que pensar en qué es justo y qué no (tengo, como todo el mundo, una opinión sobre ésto, aunque estoy de acuerdo en que el mundo sin normas no iría jamás bien). Pero vivir en sociedad también nos hace daño. La convivéncia, ya sea familiar, entre amigos, de pareja o en el trabajo, resulta, cuanto menos, dura. Y esto también nos hace, en ocasiones, infelices.

Otra característica, aunque menos políticamente correcta, es la envidia. La envidia, junto con el afán de protagonismo y el egoismo han sido las causantes de los mayores logros de la historia. Tanto en el campo cientifico, como en el trabajo, la belleza, el deporte, etc.

Si Volskwagen saca un nuevo modelo de coche, ahí está Mercedes para mejorar el suyo. Si ese compañero de trabajo que tanto exito tiene, consigue un ascenso, tú luchas por destacar sobre él. Si una amiga ha dejado 10 kilos con su nueva super dieta milagrosa, tu aspiras a dejar 12, sólo para demostrar que puedes ser mejor que ella. Si un equipo está el primero en la liga, todos los demás se centran en arrebatarle ese tan codiciado puesto...

En definitiva, todo ésto nos hace avanzar, pero también nos entristece. Nos causa inseguridad, miedo, dudas...

Tal vez lleves toda la vida intentando encontrar una persona que te quiera y que te aprecie, tal y como eres. Con la que compartirlo todo. Una persona que siempre estará ahí, pendiente de tí, ayudándote en todo, intentando que tu vida sea plena. Pero entonces, hechas la vista atrás, y recuerdas aquellos días en los que eras absolutamente libre: salías con quien querías, sin dar explicaciones, sin tener que aguantar celos, o sufrir estúpidas peleas de pareja...

Sabes que en el momento en que todo acabe, echarás de menos vivir "con menos libertad" como antes, pero, aún así no puedes evitar pensar que "Cualquier tiempo pasado, fue mejor..."

miércoles, 11 de abril de 2007

Atada

Siento...
Que me atas...
Que tus cadenas son del más inoxidable de los aceros...

Siento...
Que mis alas han sido cortadas,
que tus palabras dicen más que mis siléncios...

Siento...
Que yo misma, tal y como me conocía,
empiezo a morir por un recuerdo...

Siento...
Que te quiero, con o sin alas,
pero con alas te querría menos...

Siento...
Que me atas...
Que quiero escaparme...

Siento...
Joder!
Siento que te quiero...

martes, 3 de abril de 2007

¿Cómo te atreves a llamarlo "amor"?

Caminas por la calle,
orgullosa, por tener a alguien quien te quiere.
Caminas con la frente alta,
te prometes y te juras que estás enamorada,
que tienes lo que quieres.

Cuando te miras al espejo,
buscas ese "algo" que te haga notar la diferéncia:
ese brillo de ojos, esas mejillas sonrosadas,
esa sonrisa inevitable y estúpida...
Pero no están.

Cuando estás con él, buscas aquellas cosas
que te hagan sentir la princesa del cuento,
pero, no las encuentras.
Cuando él lo da todo por tí,
cuando sabes que eres su centro,
cuando te dice que te quiere,
pero de verdad: brillando sus ojos,
y con una estúpida sonrisa en los labios,
te repites una y mil veces que lo quieres,
y se lo repites a él también.

Cuando discutís, realmente,
no te importa mucho el daño que puedan
causarte sus palabras,
o sus actos,
te sientes culpable incluso, ¿por que?

Pues porque sabes que no le amas.
Sabes que no podrías dejarlo.
Sabes que no podrías estar sin él.
Pero...
¿Sabes que lo quieres?

No, no lo quieres.
Te has acostumbrado a él.
Te has acomodado a una compañía,
a una persona que, sabes, lo daría todo por tí.
Te has decantado por esto,
cansada de la soledad,
esa vieja y leal amiga,
que durante tanto tiempo
te ha acompañado sin descanso.

...¿Cómo te atreves a llamar a esto "amor"?...