Esta noche, quiero que mis versos
apuñalen tus entrañas,
que mis efímeras palabras
causen llagas en tu sangre,
quiero que mis labios rocen tus oidos,
mediante mi melodía.
Quiero dedicarte este epitafio a tí,
a nadie...
A tí, hijo prematuro,
que nunca decidió nacer,
A tí, pájara enjaulado,
que una vez voló lejos,
y regresó a su flamante jaula
llena sólo de aire...
A tí, inconsciente Íkaro,
que tan alto caíste,
por tan alto que volaste.
Querido tú,
querido nadie...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario